(Berlín, 1886-Baden-Baden, Alemania, 1954) Director de orquesta y compositor alemán. Exponente de una manera subjetiva e hiperexpresiva de entender la interpretación orquestal, fue uno de los directores que mejor supo expresar la grandeza épica y la emoción interiorizada de las grandes páginas del repertorio romántico y tardorromántico germano, de los que fue un maestro indiscutible. Sus versiones de Beethoven, Wagner, Bruckner o Richard Strauss, muchas de ellas preservadas por el disco, superan el estadio de recreación para convertirse en verdaderas creaciones.
Hijo de un reputado arqueólogo, Furtwängler se formó en su ciudad natal. Después de transitar por diversos teatros de ópera de segunda fila, en 1920 sucedió a Richard Strauss al frente de los conciertos sinfónicos de la Ópera de Berlín. Dos años más tarde hizo lo propio con Arthur Nikisch en la Gewandhaus de Leipzig y la Filarmónica de Berlín.
Su asociación con esta última formación llegaría a ser mítica y se mantuvo intacta hasta la muerte del director, con una única y breve interrupción después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Furtwängler, acusado de colaboracionismo con el régimen Hitleriano, fue sometido a un proceso de desnazificación durante el cual fueron prohibidas sus actuaciones. Su relación con el nazismo es precisamente uno de los puntos más controvertidos de su biografía, ya que permaneció y trabajó durante ese período en Alemania, pero ha de reconocerse que en más de una ocasión se enfrentó a los jerarcas nacionalsocialistas para defender obras y compositores condenados por el III Reich.
Si en su faceta como director Furtwängler entroncaba con el Romanticismo, como compositor su música se inscribía dentro de esa misma corriente, al margen de todos los movimientos innovadores de su tiempo. Netamente romántica, de su labor creadora debe destacarse Sinfonía núm. 2 (1948), una obra de evidente acento bruckneriano que no ha conseguido hacerse un hueco en el repertorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario