Entrada destacada
Ralph Vaughan Williams - Fantasia on a Theme by Thomas Tallis Ralph Vaughan Williams (1872-1958), England Fantasia on a Theme by Thomas T...
domingo, 8 de noviembre de 2009
jacqueline dupre
Nacida en una familia culta, Jacqueline du Pré era la menor de los hijos del matrimonio. Tenía 4 años cuando escuchó el violonchelo por primera vez, en la radio. A partir de ese instante el sonido del instrumento jamás la dejaría. Comenzó a tomar lecciones de música con su madre Iris du Pré. Dos años más tarde, empezaría a recibir lecciones en Londres, compitiendo musicalmente con su hermana Hilary, que tocaba la flauta travesera. A los diez años gana un premio en un concurso internacional, y a los doce realiza su primer concierto en la BBC de Londres.
Estudia con William Pleeth en la Guildhall School of Music and Drama en Londres, con Paul Tortelier en París, con Rostropovich en Rusia y con Casals en Suiza.[3]
Archivo:Jacqueline3.jpg
Durante toda su carrera, du Pré tocaría junto con orquestas y solistas prestigiosos. Se ha destacado su interpretación del concierto para cello de Elgar junto a la Orquesta Sinfónica de Londres bajo la dirección de John Barbirolli en 1965. Para esta interpretación usó un Stradivarius denominado Davidov de 1712 que le fue ofrecido por su madrina y admiradora Ismena Holland.
Su amistad con los músicos Itzhak Perlman, Zubin Mehta y Pinchas Zukerman y su matrimonio con Daniel Barenboim, inspiró un filme de Christopher Nupen. Los cinco se denominaban a ellos mismos como la mafia musical judía.
En la navidad de 1966, Jaqueline conoce a Daniel Barenboim; un año después se casan. Jacqueline se convirtió al judaísmo para casarse. Su matrimonio fue una de las relaciones más fructuosas de la historia musical comparándose ciertamente con la de Clara y Robert Schumann. Esto se puede constatar en los numerosos conciertos que dieron con Barenboim al piano o en la dirección orquestal.
En 1971, las capacidades de interpretación de Jacqueline mermaron irreversiblemente cuando la artista empezó a perder la sensibilidad y movilidad de sus dedos, debiendo detener abruptamente su carrera, afectada por la esclerosis múltiple, enfermedad que la conduciría a su muerte en Londres el 19 de octubre de 1987 a la edad de 42 años. Barenboim estaba con ella cuando falleció.
Dejó su violonchelo Davidov Stradivarius a Yo Yo Ma.
En el transcurso de los últimos años de la vida de Jacqueline, Barenboim se instaló en París con la pianista Elena Baskirova con quien se casó en 1988 y con la cual tuvo dos hijos: David y Michael.
La hermana de Jacqueline, Hilary, se casó con el director orquestal Christopher "Kiffer" Finzi, con el que Jacqueline tuvo una relación sentimental, según Hilary y su hermano Piers, en su libro Un genio en la familia, en el cual Anand Tucker se basó para realizar el filme Hilary y Jackie con Emily Watson.[4] Esta relación fue llevada con el consentimiento de Hilary, como una manera de poder ayudar a Jacqueline, que en ese entonces estaba deprimida y tenía comportamientos suicidas. En 1999, los hijos de Kiffer y Hilary criticaron públicamente el comportamiento de su madre y presentaron una versión diferente a los hechos, según la cual su padre sedujo a su tía en un momento vulnerable con el fin de adular su propio ego.
Estudia con William Pleeth en la Guildhall School of Music and Drama en Londres, con Paul Tortelier en París, con Rostropovich en Rusia y con Casals en Suiza.[3]
Archivo:Jacqueline3.jpg
Durante toda su carrera, du Pré tocaría junto con orquestas y solistas prestigiosos. Se ha destacado su interpretación del concierto para cello de Elgar junto a la Orquesta Sinfónica de Londres bajo la dirección de John Barbirolli en 1965. Para esta interpretación usó un Stradivarius denominado Davidov de 1712 que le fue ofrecido por su madrina y admiradora Ismena Holland.
Su amistad con los músicos Itzhak Perlman, Zubin Mehta y Pinchas Zukerman y su matrimonio con Daniel Barenboim, inspiró un filme de Christopher Nupen. Los cinco se denominaban a ellos mismos como la mafia musical judía.
En la navidad de 1966, Jaqueline conoce a Daniel Barenboim; un año después se casan. Jacqueline se convirtió al judaísmo para casarse. Su matrimonio fue una de las relaciones más fructuosas de la historia musical comparándose ciertamente con la de Clara y Robert Schumann. Esto se puede constatar en los numerosos conciertos que dieron con Barenboim al piano o en la dirección orquestal.
En 1971, las capacidades de interpretación de Jacqueline mermaron irreversiblemente cuando la artista empezó a perder la sensibilidad y movilidad de sus dedos, debiendo detener abruptamente su carrera, afectada por la esclerosis múltiple, enfermedad que la conduciría a su muerte en Londres el 19 de octubre de 1987 a la edad de 42 años. Barenboim estaba con ella cuando falleció.
Dejó su violonchelo Davidov Stradivarius a Yo Yo Ma.
En el transcurso de los últimos años de la vida de Jacqueline, Barenboim se instaló en París con la pianista Elena Baskirova con quien se casó en 1988 y con la cual tuvo dos hijos: David y Michael.
La hermana de Jacqueline, Hilary, se casó con el director orquestal Christopher "Kiffer" Finzi, con el que Jacqueline tuvo una relación sentimental, según Hilary y su hermano Piers, en su libro Un genio en la familia, en el cual Anand Tucker se basó para realizar el filme Hilary y Jackie con Emily Watson.[4] Esta relación fue llevada con el consentimiento de Hilary, como una manera de poder ayudar a Jacqueline, que en ese entonces estaba deprimida y tenía comportamientos suicidas. En 1999, los hijos de Kiffer y Hilary criticaron públicamente el comportamiento de su madre y presentaron una versión diferente a los hechos, según la cual su padre sedujo a su tía en un momento vulnerable con el fin de adular su propio ego.
jacqueline dupré
jacqueline Mary du Pré nació en Oxford el 26 de junio de 1945, en el seno de una familia de clase media con marcada inclinación musical, y desde muy pequeña se sintió atraída por la magia del cello, siendo muy pronto catalogada como niña prodigio.
Todo comenzó a la edad de 5 años, cuando escuchó por la radio el sonido de un cello. A pesar de su corta edad, aquél hecho marcó el rumbo de su vida y, a partir de ese momento, comenzó una carrera vertiginosa hacia la consagración: estudios con diversos profesores en las mejores escuelas de Inglaterra, clases magistrales con los mejores intérpretes (Rostropovich, Casals...), conciertos por Europa y América, numerosas grabaciones y una dedicación absoluta a ese magnifico instrumento al que abrazaba con sus muslos como si se tratara de un amante.
Uno de sus grandes y más llamativos hitos interpretativos fue su debut en el Carnegie Hall de Nueva York, en 1965, donde interpretó el Concierto para Violonchelo de Elgar, una preciosidad, y una de sus especialidades. Es, sin lugar a dudas, la mejor intérprete de tan hermosa composición.
La intensidad y pasión con las que interpretaba, así como su singular visión de algunas obras, la elevaron a la cumbre en un imparable ascenso, y en las navidades de 1966 conoció a Daniel Barenboim, del que se hizo inseparable y con quien formó pareja artística y sentimental. Fue una de las relaciones más fructíferas en el mundo de la música, llegando algunos a compararla con la de Clara y Robert Schumann.
Con el también violinista judío, Pinchas Zukerman, formaron un trío que se hizo legendario. La afinidad surgida entre los tres músicos, la capacidad de comunicación y la increíble habilidad para dialogar con los instrumentos quedó patente en cada una de sus apariciones en festivales y grabaciones, aclamadas unánimemente por la crítica.
Pero, por desgracia, los años de éxitos iban a terminar muy pronto. En Julio de 1971, encontrándose en la cima de su carrera, comenzó a sufrir algunas molestias que le impedían tocar como siempre y, después de varias recaídas llegó su retirada en 1973, con tan solo 28 años. Diagnosticada con esclerosis múltiple, sus manos ya no le respondían y acabó imposibilitada en una silla de ruedas, sumida en un deterioro progresivo hasta su muerte en Londres el 19 de octubre de 1987, a la edad de 42 años, tras haber dedicado los últimos años de su vida a la enseñanza.
Es un completo absurdo que ella, que con sus manos sobre el cello arrancaba las más hermosas melodías para transportarnos al intenso mundo de las emociones, pagara tan alto precio. Y es que no hay justicia entre los dioses. No la hay cuando te arrebatan lo más preciado, aquello con lo que derrochas belleza.
¿O será que las palabras de Menandro [*] tenían una base justificada?
A pesar de ello, por encima de la muerte y del olvido, jacqueline y su sonrisa contínuan con nosotros. Y en los siguientes 8 vídeos (narrados en inglés) podemos ver el despliegue de un impresionante y conmovedor documental...
Todo comenzó a la edad de 5 años, cuando escuchó por la radio el sonido de un cello. A pesar de su corta edad, aquél hecho marcó el rumbo de su vida y, a partir de ese momento, comenzó una carrera vertiginosa hacia la consagración: estudios con diversos profesores en las mejores escuelas de Inglaterra, clases magistrales con los mejores intérpretes (Rostropovich, Casals...), conciertos por Europa y América, numerosas grabaciones y una dedicación absoluta a ese magnifico instrumento al que abrazaba con sus muslos como si se tratara de un amante.
Uno de sus grandes y más llamativos hitos interpretativos fue su debut en el Carnegie Hall de Nueva York, en 1965, donde interpretó el Concierto para Violonchelo de Elgar, una preciosidad, y una de sus especialidades. Es, sin lugar a dudas, la mejor intérprete de tan hermosa composición.
La intensidad y pasión con las que interpretaba, así como su singular visión de algunas obras, la elevaron a la cumbre en un imparable ascenso, y en las navidades de 1966 conoció a Daniel Barenboim, del que se hizo inseparable y con quien formó pareja artística y sentimental. Fue una de las relaciones más fructíferas en el mundo de la música, llegando algunos a compararla con la de Clara y Robert Schumann.
Con el también violinista judío, Pinchas Zukerman, formaron un trío que se hizo legendario. La afinidad surgida entre los tres músicos, la capacidad de comunicación y la increíble habilidad para dialogar con los instrumentos quedó patente en cada una de sus apariciones en festivales y grabaciones, aclamadas unánimemente por la crítica.
Pero, por desgracia, los años de éxitos iban a terminar muy pronto. En Julio de 1971, encontrándose en la cima de su carrera, comenzó a sufrir algunas molestias que le impedían tocar como siempre y, después de varias recaídas llegó su retirada en 1973, con tan solo 28 años. Diagnosticada con esclerosis múltiple, sus manos ya no le respondían y acabó imposibilitada en una silla de ruedas, sumida en un deterioro progresivo hasta su muerte en Londres el 19 de octubre de 1987, a la edad de 42 años, tras haber dedicado los últimos años de su vida a la enseñanza.
Es un completo absurdo que ella, que con sus manos sobre el cello arrancaba las más hermosas melodías para transportarnos al intenso mundo de las emociones, pagara tan alto precio. Y es que no hay justicia entre los dioses. No la hay cuando te arrebatan lo más preciado, aquello con lo que derrochas belleza.
¿O será que las palabras de Menandro [*] tenían una base justificada?
A pesar de ello, por encima de la muerte y del olvido, jacqueline y su sonrisa contínuan con nosotros. Y en los siguientes 8 vídeos (narrados en inglés) podemos ver el despliegue de un impresionante y conmovedor documental...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)