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DEBATE SOBRE SISTEMAS ELECTORALES: CINCO MODELOS COMPARADOS

desde hace  algún tiempo se ha abierto el debate en el seno de la sociedad española sobre una posible reforma del sistema electoral. Los representantes políticos  aprovechan el desconocimiento de la gente para hacer demagogia. además cabe destacar que si bien el sistema electoral es clave en una democracia, ninguna fórmula es la panacea ni solventa los problemas políticos de un plumazo.

Abundando en esta  idea, creo  que no hay sistemas electorales malos o buenos per se, pero sí los hay más o menos adecuados para el país en el que se implantan. Cuando se trata de elegir un sistema electoral hay que tener en cuenta que absolutamente todos tienen sus problemas y sus ventajas, y normalmente los que solucionan un aspecto empeoran otro. En este punto  entra lo subjetivo: depende de las prioridades que se tengan, ya sea la estabilidad, la representación correcta, el check and balance, la cercanía con el elector, favorecer al territorio despoblado, etc, habrá unos más adecuados que otros.

Reino Unido. Sistema uninominal mayoritario o “el primero pasa la posta”

El modelo de estado del Reino Unido es una monarquía parlamentaria plurinacional. Como tal, es un sistema parlamentario y bicameral, Cámara de los Comunes (cámara baja, nuestro Congreso) y Cámara de los Lores (cámara alta, nuestro Senado). Por sus características propias, la cámara alta es hereditaria, no electa, y cada vez más vacía de atribuciones, por lo que la dejaremos de lado. La Cámara de los Comunes es el verdadero Parlamento de hecho, compuesto por 646 miembros elegidos cada 5 años. El sistema electoral por el que son elegidos es el uninominal mayoritario simple, conocido también como “el primero pasa la posta” (Winner take all).
El sistema uninominal mayoritario, en Reino Unido, funciona de la siguiente forma: Se divide el país en tantas circunscripciones como parlamentarios hay (646). Cada distrito o circunscripción tiene sobre los 80.000 electores. De cada uno de estos distritos saldrá unicamente un parlamentario (MP, Member of Parliament), el que más votos haya conseguido. Esto quiere decir que no se computan los votos totales en el conjunto del país, sino simplemente en el distrito.
Inconvenientes: Es un sistema muy poco proporcional. Como los votos en el total del país no se computan, los restos (votos que no sirven para sacar un escaño) son muy grandes. Los partidos solo necesitan ganar por mayoría simple en sus distritos. Así, si en una circunscripción se presentan 3 partidos, solo sacará el escaño quien obtenga mayoría (más del 33%) y todos los demás votos no valdrán para nada. Con este sistema puede darse la paradoja de que el partido A gane en votos pero tenga menos escaños que el partido B. Tan solo es necesario que el partido B haya ganado en muchos distritos por una diferencia muy pequeña, mientras que el partido B haya ganado en menos número distritos, pero con una diferencia mucho mayor.
De hecho, esta situación aparentemente paradójica ha ocurrido. En 1951 los tories (conservadores), liderados por Churchill, ganaron en número total de escaños a los laboristas de Attlee, aun quedando 1.300 votos por detrás.
Otro caso anecdótico ocurrió en 1992, cuando los Liberal-Demócratas obtuvieron el 18% de los votos en el conjunto del páis (proporcionalmente equivalentes a 119 escaños) y solo consiguieron 20 escaños. Eso sucedió porque solo en 20 circunscripciones sacaron mayoría de votos.
Como hemos visto en estos dos ejemplos, este sistema electoral beneficia claramente a los partidos grandes y favorece el bipartidismo. Además, este sistema hace que se dé una campaña muy táctica, en la que los partidos tienden a olvidarse de las circunscripciones que dan por perdidas.
Ventajas: Aúna con relativa habilidad la representación territorial y la poblacional en una sola cámara. Los electores tienen un contacto directo con los elegidos, son sus representantes directos y pueden dirigirse a ellos para hacerles saber su opinión en diversos temas. Además, normalmente los conocen, por lo que pueden tener un control más directo sobre ellos. Otra de sus ventajas es que es un sistema muy estable: tiende a forjar mayorías absolutas para conformar ejecutivos fuertes.

Alemania. Sistema proporcional personalista.

El modelo de estado alemán es una república parlamentaria. Tiene un sistema parlamentario bicameral, con una cámara alta (Bundesrat) para la representación territorial y una cámara baja (Bundestag) para la representación ideológica. Asimismo, tiene un jefe de Estado y uno de gobierno (primer ministro) separados.
El Bundesrat es el órgano de representación de los Länder. Tiene 69 asientos que se reparten para cada Land en función de población. Cada uno de los Land vota en bloque, siempre. Tiene atribuciones definidas e importantes, sobe todo fiscales.
El Bundestag es la cámara baja, el órgano de representación popular. No tiene un número fijo de diputados, aunque siempre son al menos 598. Se le suman unos cuantos más (en torno a la veintena) para hacerlo proporcional. El sistema electoral para elegir a los miembros del Bundestag es a doble voto, es decir, cada alemán tiene dos votos que se computan por distintos sistemas. El primero de ellos se cuenta por el sistema uninominal mayoritario simple (el de Reino Unido). Alemania se divide en 299 circunscripciones de cada una de las que sale un solo diputado, el más votado. El segundo voto es para decidir los otros 299 (o más) diputados. Se vota a listas electorales cerradas en cada Land. Este segundo voto no está destinado a un candidato en concreto sino al partido, y se reparte por el sistema proporcional Hare-Niemeyer. Esto quiere decir que en función del segundo voto se repartirán cuantos parlamentarios en el total de la cámara debe tener cada partido, contando en esta suma los ya elegidos por el primero voto.
Veamos un ejemplo concreto:
El partido A obtiene 100 diputados por el primer voto (correspondiente a distritos), y según el segundo le corresponde un 50% de la representación.
El partido B obtiene 150 diputados por el primer voto y le corresponde una representación del 25%.
El partido B obtiene 50 diputados de distritos y le corresponde otro 25% de representación.
Pues bien, al los 100 diputados del partido A se le suman otros 200, para que en total alcance el 50%, es decir 300.
El partido B ha sacado de distritos 150 diputados, y el segundo voto dice que le corresponde el 25% de la cámara. Como 150 diputados ya es el 25% de la cámara, no se le suman ninguno, se quedaría con esos.
El partido C ha sacado solo 50 diputados de distritos, y el segundo vota le da un 25% de representación en la cámara. A este se le suman otros 100.
En total 600 diputados, algunos representando distritos y otros para equilibrar la proporción. Así se respetan integramente los escaños sacados por distritos y se garantiza la proporcionalidad.
Inconvenientes: Como se ha podido observar en la descripción anterior, el sistema es muy complicado. El segundo voto es el verdaderamente importante para calibrar el peso de cada formación política, y los electores de a pie suelen hacerse un lio. Esto crea una cierta desafección por el sistema.
Ventajas: Es un sistema puramente proporcional en el que además se elige a un candidato por cada pequeño distrito. Aúna el control a su representante del sistema británico con la proporcionalidad perfecta. Es muy representativo de partidos pequeños, evitando el bipartidismo, aunque por la barrera electoral del 5% o 3 escaños directos evita una cámara muy fragmentada. No deja casi restos, solo los votos a listas que no alcancen el 5%, por lo que la mayoría de votos son útiles.

Francia. Uninominal mayoritario a dos vueltas.

El modelo de estado francés es el de una república semipresidencialista. En los sistemas semipresidencialistas el Jefe de Estado es el Presidente de la República, que se elige mediante voto directo y que además es el jefe de gobierno. Mientras, el gobierno sale de la Asamblea, y hay un primer ministro del partido más votado. Esto significa que en ocasiones se produzca lo que se conoce como “cohabitaciones”, es decir, que el jefe de gobierno y primer ministro sean de distintos partidos. En este tipo de modelos de estado, Rusia sería otro ejemplo de semipresidencialismo, el Presidente asume unos poderes muy amplios, aglutinando en su figura capacidad ejecutiva y legislativa.
Francia tiene un sistema parlamentario bicameral, con una cámara alta (Senado) para la representación territorial a la que se le ha llegado a llamar “Cámara de los Agricultores” por su alta representación de las zonas rurales, y una cámara baja (Asamblea). La Asamblea Nacional de Francia se elige por 5 años mediante un sistema uninominal mayoritario a dos vueltas. Esto significa que se reparte el territorio francés en tantas circunscripciones como asientos hay en la Asamblea, 577, de los que saldrá un solo diputado de cada una. Para elegir a cada diputado hay dos vueltas. Si en la primera hay mayoría absoluta de un candidato en la circunscripción, es automáticamente elegido y se cancela la segunda vuelta. Si no lo hay, como suele ocurrir, concurren a la segunda vuelta los dos partidos que hayan superado el 12% de los votos. En la segunda vuelta el candidato con mayoría simple sale elegido.
Inconvenientes: La proporcionalidad brilla por su ausencia. Arrincona a los partidos pequeños y a las minorías ideológicas y fomenta el bipartidismo. Crea cierta desafección puesto que en la segunda ronda muchos electores se ven obligados a votar a la contra, por la opción menos mala.
Ventajas: Es un sistema muy estable. Representa bien a los territorios, sobrerrepresentando las zonas rurales. La elección del candidato del distrito es muy personalista, hay un gran control del candidato por parte de los electores. Tiende a conformar alianzas electorales entre los partidos pequeños y fomenta el voto táctico.

Italia. Falsa proporcionalidad con premio a la mayoría y barreras.

Italia es una república parlamentaria. Como es norma en este modelo, cuenta con un Jefe de Estado sin atribuciones gubernamentales, y con un ejecutivo surgido del Parlamento. El Parlamento italiano es bicameral, la cámara alta (Senado) y la cámara baja (Cámara de Diputados). El Senado tiene pocas atribuciones. El sistema electoral italiano fue modificado por última vez en 2006.
Los 630 escaños de la Cámara de Diputados se eligen, en primera instancia, mediante un sistema proporcional, a X porcentaje de votos, X de escaños. A partir de ahí, se corrige esta proporcionalidad con dos medidas: la primera un barrera de entrada del 4% del voto. Todos los partidos que no la consigan son excluídos de la cámara. La segunda es un premio a la mayoría, garantizando que el partido mayoritario obtenga el 55% de los escaños. En hechos, estas dos correcciones se cargan de un plumazo la proporcionalidad.
Ventajas: Garantiza la gobernabilidad. Consigue un gobierno muy fuerte, con mayoría absoluta siempre. Garantiza la entrada de partidos minoritarios, aunque en la práctica sirva para poco.
Inconvenientes: El Parlamento queda como una cámara vacía de contenido político, relegada a ser un órgano instrumental del ejecutivo, que la controla.

España. Sistema mixto.

España se consagra como una monarquía parlamentaria. El ejecutivo emana directamente del Parlamento, que es bicameral, compuesto por una cámara alta (Senado) y una baja (Congreso de los Diputados). El Senado español nació como órgano de representación territorial, si bien ha ido perdiendo competencias y ahora está semivacía.
Los 350 diputados del Congreso son elegido mediante un sistema mixto entre el mayoritario y proporcional. El país se divide en 52 circunscripciones, con muy diferente peso poblacional. A cada circunscripción se le asigna un número desigual de diputados. Oscilan entre el único diputado de Ceuta y Melilla, o los dos de Soria, a los 36 de Madrid o 31 de Barcelona. De esas circunscripciones saldrán los diputados por un sistema proporcional mediante ley D’Hondt.
Ventajas: Es muy equilibrado entre la representación territorial y la ideológica. Mediante la proporcionalidad por distritos, consigue una razonable representación de los partidos minoritarios, a la vez que la disparidad de distritos consigue una sobrerrepresentación de las zonas despobladas. Sin embargo, mediante este sistema de dos velocidades (proporcionalidad y circunscripciones desiguales) hace que las circunscripciones pequeñas en las que se eligen pocos diputados tiendan a sacarlos de los dos partidos mayoritarios, por lo que lo hace un sistema estable y que garantiza la gobernabilidad.
Inconvenientes: Tiende al bipartidismo e infrarrepresenta a los partidos minoritarios. No consigue ni una buena proporcionalidad, ni un buen control de los parlamentarios por sus electores. Infrarrepresenta a las circunscripciones muy pobladas.

Conclusiones: Podría ser peor.

Como se ha podido observar, el sistema español tiene problemas de índole diversa. No es el sistema más respetuoso con las minorías, como lo es el alemán, ni el que mejor representa a los territorios, como el inglés. El sistema electoral español en conjunto es muy mejorable. Sin embargo, lo cierto es que es bastante equilibrado entre la representación proporcional, territorial, respeto a la minorías y gobernabilidad, consiguiendo así no ser el mejor en ningún aspecto, pero tampoco el peor en nada.
Para ver la aplicación de algunos de los sistemas antes descritos en España recomiendo leer ¿Cómo quedarían las elecciones con diferentes sistemas electorales?
Para mejorar nuestro sistema electoral cabría ir hacia un modelo alemán, que en mi opinión es el mejor de los posibles. Ahora bien, sería engañarnos si pensamos que una reforma de este tipo cambiará sustancialmente aspectos políticos del día a día. Las reformas más prioritarias de la política española tienen que ver con el diseño territorial, la democracia interna de los partidos o la pedagogia democrática entre los electores, cosas que, desde luego, no se consiguen cambiando el sistema electoral.
                                          CONJUNTO DE MANDELBROT